En el libro de los Salmos encontramos varios versículos que pueden ayudarnos a meditar y a orar en momentos de enfermedad. ¡Oremos y confiemos! El Dios todopoderoso está con nosotros en medio de cualquier situación. Él nos escucha y obrará de acuerdo con su voluntad.
Salmo 6:2-4, 9
Tenme compasión, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, que un frío de muerte recorre mis huesos. Angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo? Vuélvete, Señor, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!
El Señor ha escuchado mis ruegos; el Señor ha tomado en cuenta mi oración.
(Salmo 6:2-4, 9)
Salmo 23:1-4
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.
(Salmo 23:1-4)
Salmo 28:1-2, 6-8
A ti clamo, Señor, roca mía; no te desentiendas de mí, porque, si guardas silencio, ya puedo contarme entre los muertos. Oye mi voz suplicante cuando a ti acudo en busca de ayuda, cuando tiendo los brazos hacia tu lugar santísimo.
Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante. El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias. El Señor es la fortaleza de su pueblo, y un baluarte de salvación para su ungido.
(Salmo 28:1-2, 6-8)
Salmo 30:2-3
Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste. Tú, Señor, me sacaste del sepulcro; me hiciste revivir de entre los muertos.
(Salmo 30:2-3)
Salmo 31:9-10
Tenme compasión, Señor, que estoy angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, ¡con mi cuerpo! La vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando.
(Salmo 31:9-10)
Salmo 31:14-15a
Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios». Mi vida entera está en tus manos.
(Salmo 31:14-15a)
Salmo 32:6-7
Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán. Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Selah
(Salmo 32:6-7)
Salmos de protección
Salmo 34:6
Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de todas sus angustias.
(Salmo 34:6)
Salmo 34:17-19
Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas.
(Salmo 34:17-19)(Video) Salmos de Sanidad con Oración Poderosa Salmo 30, 103, 32, 91, 34, 107, 146, 41, 147 Biblia Hablada
Salmo 38:5-9, 15
Por causa de mi insensatez mis llagas hieden y supuran. Estoy agobiado, del todo abatido; todo el día ando acongojado. Estoy ardiendo de fiebre; no hay nada sano en mi cuerpo. Me siento débil, completamente deshecho; mi corazón gime angustiado. Ante ti, Señor, están todos mis deseos; no te son un secreto mis anhelos.
Yo, Señor, espero en ti; tú, Señor y Dios mío, serás quien responda.
(Salmo 38:5-9, 15)
Salmo 39:4-6a
Hazme saber, Señor, el límite de mis días, y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy. Muy breve es la vida que me has dado; ante ti, mis años no son nada. ¡Un soplo nada más es el mortal! Selah
Es un suspiro que se pierde entre las sombras.
(Salmo 39:4-6a)
Salmo 41:1-4
Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia. El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará al capricho de sus adversarios. El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor. Yo he dicho: «Señor, compadécete de mí; sáname, pues contra ti he pecado».
(Salmo 41:1-4)
Salmo 68:19-20
Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas. Selah
Nuestro Dios es un Dios que salva; el Señor Soberano nos libra de la muerte.
(Salmo 68:19-20)
Salmo 73:26
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.
(Salmo 73:26)(Video) Salmo de Sanación Milagroso - SALMO 38
Salmo 88:1-4, 9b
Señor, Dios de mi salvación, día y noche clamo en presencia tuya. Que llegue ante ti mi oración; dígnate escuchar mi súplica. Tan colmado estoy de calamidades que mi vida está al borde del sepulcro. Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa; parezco un guerrero desvalido.
Yo, Señor, te invoco cada día, y hacia ti extiendo las manos.
(Salmo 88:1-4, 9b)
Salmo 91:1-6
El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía.
(Salmo 91:1-6)
Salmo 91:9-11
Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar. Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
(Salmo 91:9-11)
Aprende más sobre el Salmo 91
Salmo 103:1-5
Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión; él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas.
(Salmo 103:1-5)
Salmo 107:19-21
En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.
¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres!
(Salmo 107:19-21)
Salmo 121:5-8
El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora. De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.
(Salmo 121:5-8)
Salmo 143:1
Escucha, Señor, mi oración; atiende a mi súplica. Por tu fidelidad y tu justicia, respóndeme.
(Salmo 143:1)
Salmo 143:6-8
Hacia ti extiendo las manos; me haces falta, como el agua a la tierra seca. Selah
Respóndeme pronto, Señor, que el aliento se me escapa. No escondas de mí tu rostro, o seré como los que bajan a la fosa. Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.
(Salmo 143:6-8)
Salmo 146:1-2, 8
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Alaba, alma mía, al Señor. Alabaré al Señor toda mi vida; mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.
El Señor da vista a los ciegos, el Señor sostiene a los agobiados, el Señor ama a los justos.
(Salmo 146:1-2, 8)
Salmo 147:3
(El Señor) restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas.
(Salmo 147:3)
Otros artículos relacionados:
- Lo que la Biblia dice sobre la sanidad y orar por los enfermos
- Salmos para la salud
- Oración por los enfermos: 8 oraciones por la sanación de los enfermos
- 3 historias bíblicas sobre enfermedades en las que Dios se glorificó
- Versículos sobre sanidad y liberación
- 101 Salmos poderosos
FAQs
¿Cómo pedir a Dios por sanación? ›
¡Dios todopoderoso!, Señor de la humanidad: quita las dificultades, y de sus males libra a los enfermos. Alivia sus sufrimientos y sánalos, pues tú eres el Sanador. No hay cura, sino a través de ti. Ayúdanos a permanecer firmes y haz que nuestra fe se establezca bien.
¿Cuál es el salmo para pedir un milagro? ›Salmo 144. David bendice a Jehová por la liberación y la prosperidad temporal — Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová. Salmo de David. 1 Bendito sea Jehová, mi roca,que adiestra mis manos para la abatallay mis dedos para la guerra.
¿Cómo se debe orar por los enfermos? ›Oración del enfermo
Señor, Dios mío, aquí estoy ante ti: Estoy enfermo, Señor, y tú conoces mi aflicción. Tú conoces mi cansancio; también conoces mi miedo. y busque seguir amando.
Salmos 6.2-3
«Señor, ten compasión de mí, pues me siento sin fuerzas. Señor, devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla. ¡Estoy temblando de miedo! Y tú, Señor, ¿cuándo vendrás?»
Te doy gracias por enviar a tu hijo, nuestro Señor Jesucristo, al mundo para salvarme y liberarme. Confío en tu poder y gracia que me sostienen y restauran. Padre amoroso, tócame ahora con tus manos sanadoras, porque creo que tu voluntad es que esté bien de mente, cuerpo, alma y espíritu.